de E.A.S.T. (Essential Autonomous Struggles Transnational)
Somos las mujeres esenciales para la curación de la pandemia en todo el mundo. Hacemos un trabajo esencial y, sin embargo, nos encontramos en condiciones miserables: nuestro trabajo está mal pagado e infravalorado; estamos sobrecargadas de trabajo o sin empleo; nos vemos obligadas a vivir en lugares superpoblados y a renovar constantemente nuestros permisos de residencia. Nos enfrentamos a una lucha diaria contra la violencia masculina, en el hogar y en el lugar de trabajo. ¡Estamos hartas de estas condiciones de violencia y explotación y nos negamos a permanecer en silencio! Hemos empezado a organizarnos en una red que conecta a mujeres en lucha, migrantes y trabajadoras de Europa Central, Oriental y Occidental: se trata de Essential Autonomous Struggles Transnational (EAST). ¡El 8 de marzo llamamos a todas las que luchan contra la violencia capitalista, patriarcal y racista a unirse a nuestra huelga!
El 8 de marzo hacemos huelga contra la explotación de nuestro trabajo productivo y reproductivo. Con nuestro trabajo esencial como enfermeras, limpiadoras, maestras, trabajadoras de tiendas de comestibles, trabajadoras de temporada y en el sector de la logística, trabajadoras domésticas remuneradas y no remuneradas, empleadas en el cuidado de niños, ancianos y enfermos, somos nosotras las que mantenemos la sociedad a flote. Especialmente con las escuelas y guarderías cerradas, la carga del cuidado de los niños y el trabajo doméstico recae sobre nuestros hombros. Durante la pandemia, muchas de nosotras perdimos nuestros trabajos, en parte porque teníamos niños que cuidar y tareas domésticas que hacer en casa. Nuestro trabajo es esencial, en casa y en el trabajo, y sin embargo se descalifica constantemente.
¡El 8 de marzo hacemos una huelga contra la intensificación de la violencia patriarcal! Los gobiernos nacionales están utilizando la pandemia como una oportunidad para reforzar el agarre del patriarcado: en Polonia, con un intento de restringir aún más la libertad de aborto; en Turquía, con una propuesta para retirarse del Convenio de Estambul; en Hungría, con restricciones a los derechos de las personas trans y una agenda anti-LGBTQ. Aunque nos han dicho de “quedarnos en casa, a salvo”, muchas de nosotras no tenemos casa. Y para muchas otras, los hogares son cualquier cosa menos un espacio seguro, ya que viven con parejas maltratadoras y tienen que luchar contra el aumento de la violencia doméstica durante el encierro. Se ha lanzado un ataque directo para mantenernos en el papel de siervas de la sociedad, subordinadas en el hogar y explotadas en el mundo exterior.
¡El 8 de marzo hacemos huelga contra los regímenes de movilidad racistas y explotadores! Como trabajadoras migrantes de Europa del Este, empleadas en trabajos de cuidado y de temporada, se nos ha “permitido” llegar a los países occidentales para realizar un trabajo esencial allí, pero tuvimos que hacerlo por nuestra cuenta y riesgo, sin protección ni seguridad social. Nuestro trabajo sostiene el cuidado – sanitario y no sanitario – en Europa Occidental, mientras que en el Este los sistemas sanitarios se hunden sobre las espaldas de unos trabajadores sobrecargados de trabajo y mal equipados. Las mujeres y los hombres migrantes y refugiados, dentro y fuera de la UE, son dejados en dormitorios superpoblados, o en campamentos, o trabajando en entornos inseguros, mientras se les niega el derecho a la misma ayuda económica que se da a las poblaciones locales. En el desigual mapa de Europa, las y los migrantes están pagando el precio más alto de la pandemia, como suelen pagar el precio más alto de la explotación.
¡Nos negamos a que se nos considere esenciales sólo para ser explotadas y oprimidas! Inspirándonos en luchas anteriores y actuales, nos basamos en las experiencias de la huelga global de mujeres, la huelga de mujeres polacas y las luchas feministas en Argentina por el derecho al aborto. Nos fijamos en las protestas y huelgas de las enfermeras, las médicas, las que trabajan con niños, las temporeras o las empleadas de la logística en Bulgaria, Georgia, Austria, Rumanía, Reino Unido, España, Italia, Alemania y Francia. Aprendemos de la lucha contra la ley rumana que prohíbe el debate sobre el “género” en la educación, de las movilizaciones transnacionales de los migrantes y de las manifestaciones de Black Lives Matter. Sobre la base de estas experiencias colectivas de lucha, y de su poder para desafiar el statu quo, llamamos a las mujeres, los trabajadores, los migrantes y las personas LGBTQI+ a unirse a nosotras en una huelga esencial el 8 de marzo. Nuestra huelga tiene como objetivo anular las condiciones actuales de nuestra opresión y reclamar nuestra voz en la fase de reconstrucción. Con nuestra huelga luchamos por las siguientes reivindicaciones:
¡Libertad de la violencia patriarcal en todas sus formas! Vemos la violencia contra las mujeres no como un hecho aislado, sino como una parte de todo el sistema patriarcal que quiere imponernos un lugar subordinado en la sociedad. Nos negamos a soportar la carga de trabajo esencial que se nos impone mediante la violencia y el acoso. Nos oponemos a los ataques de los gobiernos ultraconservadores y exigimos aborto y anticoncepción seguros, legales y gratuitos en todos los países. Exigimos el fin inmediato de los ataques políticos y legislativos a las comunidades LGBTQI+.
¡Salarios más altos para todas y todos! Nuestra lucha feminista sobre los salarios no es simplemente contra la brecha de género, sino contra las condiciones capitalistas que producen y reproducen muchas más jerarquías salariales entre géneros y etnias, nacionalidades y regiones enteras. Mientras los ricos han visto la pandemia como una oportunidad para acumular más riqueza, nosotras hemos sido dejadas atrás para soportar el peso de la austeridad. ¡Basta ya! No exigimos simplemente la igualdad salarial, sino salarios más altos para todas y todos los trabajadores. ¡Exigimos la redistribución transnacional de la riqueza! ¡Empecemos a recuperar lo que es nuestro!
¡Sistema de bienestar bien financiado e inclusivo! Rechazamos los planes de reconstrucción que siguen haciendo recaer sobre las mujeres y los migrantes los costes de décadas de recortes sociales. Queremos crear conexiones transnacionales entre las luchas por el bienestar, la ayuda y la seguridad social. Aunque los sistemas de bienestar difieren de un país a otro, todos se basan en la división sexual y racista del trabajo y en las diferencias salariales que crean jerarquías entre mujeres de distintas nacionalidades. ¡Queremos convertir estas jerarquías en una lucha común contra la organización patriarcal del bienestar a nivel transnacional!
¡Permiso de residencia europeo incondicional para migrantes, refugiados y solicitantes de asilo! Rechazamos la forma en que los gobiernos y los empresarios chantajean a las y los migrantes imponiéndoles requisitos económicos e institucionales imposibles de cumplir para obtener y renovar los permisos de residencia. Esto obliga a los migrantes, especialmente a los no comunitarios, a trabajar en condiciones inaceptables.
¡Viviendas seguras y mejores para todas y todos! En marzo de 2020, ya estábamos inmersos en una profunda crisis inmobiliaria. En el transcurso de la pandemia, nuestros hogares se han politizado aún más, más allá de nuestra voluntad y consentimiento. ¡Exigimos una vivienda adecuada y asequible para todas y todos, libre de hacinamiento y condiciones precarias! Exigimos alojamiento para las personas que han sufrido violencia doméstica.
Con nuestra huelga esencial queremos demostrar que nuestras vidas y luchas son esenciales. Por lo tanto, tenemos que unir nuestras fuerzas más allá de las fronteras. ¡El 8 de marzo, queremos llamar a todas y todos a unirse para hacer visible la fuerza del trabajo esencial y utilizarla como arma para imponer nuestras condiciones de reconstrucción post-pandémica!
¡Llamamos a todas y todos a organizar huelgas dentro y fuera de los centros de trabajo, manifestaciones, marchas, asambleas, flashmobs, acciones simbólicas, pañuelazos, ruidazos! Presionemos a los sindicatos para que apoyen la huelga de mujeres. Imaginemos juntas formas de hacer visibles nuestras diferentes luchas y conectarlas más allá de las fronteras.
¡Llamamos a todas las mujeres, migrantes y trabajadores que comparten nuestras posiciones y reivindicaciones a unirse a nosotras en una asamblea pública el 21 de febrero donde discutiremos los horizontes de nuestra huelga esencial!
Invitamos a todas y todos los que se sientan identificados con este manifiesto a que lo firmen, lo compartan o lo traduzcan a su propia lengua para que pueda llegar al mayor número de personas posible: https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSe54jfiPrI-dlGN9a_D9b30tVlZuL9Q7nPp5cs3RJv-tWIevw/viewform
¡Nuestro trabajo es esencial, nuestra vida es esencial, nuestra huelga es esencial!
Para contactarnos:
Facebook: EAST – Essential Autonomous Struggles Transnational
Email: essentialstruggles@gmail.com